Acharei Mot: La cabra para Azazel

Acharei Mot: La cabra para Azazel

Por Rav Kook

Traducción: drigs, CEJSPR

Quizás el más inusual de todos los servicios del Templo fue la ceremonia de Yom Kippur de Azazel, enviando una cabra al desierto, simbólicamente llevándose los pecados de Israel. Ninguna otra ofrenda del Templo fue tratada de esa manera. Más sorprendente aún, inmediatamente después de describir el servicio de Yom Kippur, la Torá advierte: “Y dejarán de ofrecer sacrificios a los demonios que los tientan” (Lev. 17:7). El texto implica que el macho cabrío enviado a Azazel es la única excepción a esta regla, en aparente contradicción con los principios fundamentales del servicio del Templo. ¿Fue este ritual inusual un “sacrificio a los demonios”?

La forma más alta de perdón

Para comprender el significado del servicio de Azazel, debemos apreciar la naturaleza del perdón y la expiación de Yom Kippur.

El nivel más alto de perdón emana de la fuente misma del jesed divino. Proviene de una grandeza infinita que abarca tanto la visión más completa como el escrutinio más detallado. Este nivel conoce lo santo y lo bueno con todos sus beneficios, así como lo profano y lo malo con todos sus males. Reconoce que todo se mide en la escala exacta de la justicia divina, y que las tendencias hacia el mal y la destrucción también tienen un propósito en el universo. Un nivel tan elevado de perdón comprende cómo, en el cuadro general, todo encaja.

Este reconocimiento crea una dialéctica complicada. Hay una clara distinción entre el bien y el mal, la verdad y la falsedad, la nobleza y la degradación. La verdad absoluta exige que enfrentemos los caminos de la idolatría y el mal, en obra y pensamiento; se opone a toda repulsión, impureza y pecado. Aún así, en su grandeza, encuentra un lugar para todos. Solo una comprensión elevada puede absorber este concepto: cómo combinar todos los aspectos del universo, cómo organizar cada fuerza, cómo extender una mano medida a todos los opuestos, al tiempo que demarca correctamente sus límites.

El perdón de Yom Kippur aspira a esta elevada perspectiva, expresada en la ofrenda de Azazel. Azazel es la adoración de los demonios: el salvajismo demoníaco y la barbarie desenfrenada que se encuentran en la naturaleza humana. Por esta razón, la ofrenda fue enviada a un acantilado desolado en el desierto indómito. El servicio elevado de Yom Kippur es capaz de alcanzar un nivel que confiere un reconocimiento limitado incluso a la maldad demoníaca de Azazel. En este nivel, todos los defectos se transforman y rectifican.

Enviado lejos al desierto

El conocimiento abstracto de que el mal también tiene un propósito en el mundo debe ser reconocido de alguna manera en nuestro servicio a Dios. Este reconocimiento ocurre en el servicio elevado de Yom Kippur. En la ética práctica, sin embargo, no hay lugar para este conocimiento. Que el cielo no permita que el mal se considere bueno, o que los malvados se consideren justos. Por lo tanto, la cabra para Azazel fue enviada a un lugar desolado y estéril, un lugar deshabitado por la gente. La sociedad humana debe basarse en una forma de vida justa, guiada por aspiraciones de santidad y pureza.

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